miércoles, 7 de junio de 2017

CON TÉRMINOS MEDIOS

Día del periodista

No voy a negar que por dentro sentí una gran felicidad en este día. A pesar de mi corta edad, hace muchísimos años que para esta fecha me saludan y felicitan. Incluso, antes de anotarme a en la universidad y hasta en joda en el colegio. Sin embargo, este siete de junio es distinto: es el primero que recibo todos los halagos con el título en mano ¿Qué implica esto? Dejar algo tan preciado como poseer el privilegio y la “impunidad” del estudiante. Es decir, no cambió nada. Desde chico se asume la valiente decisión de ser periodista. Tuve la suerte de poder darle mi primer primicia a mi viejo: “Cuando sea grande voy a ser periodista”. Hay que estar muy seguro de uno mismo para elegir una carrera donde dos más dos no sea cuatro o que no tenga el prestigio de otras. No es fácil afrontar una sociedad pervertida por el paradigma capitalista: la plata es igual a la felicidad. “¿De qué vas a vivir?”, respondí millones de veces a ese desagradable interrogante. “Vos que sos periodista ¿qué pasó con tal asunto?”, me preguntaron, a modo de “che pibe”, como si rindiera examen. Sólo los que nos acompañan día a día en nuestras locuras saben bien el compromiso, la pasión, la responsabilidad y las convicciones que ponemos en juego al escribir, buscar un entrevistado, iniciar un programa de radio, indagar entre la abundante o la escasa información, releer mil veces un libro viejo hasta encontrar la frase que encajaba justo para darle un cierre de calidad a la nota. También sólo ellos conocen nuestras frustraciones. Hoy es un día que reúne ambas cosas. Vivimos en un contexto donde el gremio de Prensa es bastardeado a diario y el empleo brilla por su ausencia. Somos precarizados con trabajos informales y con derechos laborales ignorados. Escribo casi pensando en releerme en poco tiempo y tener, como un documento, un texto que me recuerde cómo estaba antes de vivir de lo mío. Deseo que sea así, con un trabajo que me permita desarrollar mi hermosa profesión. Lamentablemente, hay muchos mediocres en el ambiente y otros tantos se aprovechan de eso. Pero de esto se trata. Si algo nos caracteriza es ser una piedra en el zapato. Nadie nos va a quitar el sueño. Me tomé varias licencias en esta nota y voy a tomarme un última que es la de explicar el título. Para algún desprevenido, refiere a la conocida frase de Rodolfo Walsh: “El periodismo es libre, o es una farsa”. Pero muchos olvidan que está cortada y concluye así: “Sin términos medios”. Por eso, pretendo ejercer esta profesión todos los días para que los próximos siete de junio sean sin medias tintas. Seamos libres que, por algo, nos desprestigian tanto.  

domingo, 7 de mayo de 2017

LA IMPUNIDAD DESCANSA EN SU PROPIA CASA

La sentencia de la Corte Suprema de la Nación que otorga el beneficio del 2x1 a un genocida condenado por delitos de lesa humanidad significa, lógicamente, un retroceso en términos de memoria, verdad y justicia sobre el terrorismo de Estado. Sin embargo, dicho fallo no es aislado ya que se dictaminó en un contexto de desprestigio hacia las políticas de derechos humanos. Es decir, abrió una puerta, mucho más evidente, en sintonía con el trabajo minucioso de estrategia comunicacional para la resignificación simbólica por parte del gobierno hacia los organismos de DDHH.

El 20 de noviembre de 2015, dos días previos al balotaje presidencial que resultó victorioso Mauricio Macri, fue un presagio del rumbo subyacente: la Casa de la Memoria y de la Vida (ex Mansión Seré) ubicada en Castelar, que funcionó como centro clandestino de detención, amaneció escrachada con la leyenda “el 22 se termina el curro”. No hay que ser un gran analista lingüístico para, rápidamente, vincular el hipertexto con la promesa ideológica del ex jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el 8 de diciembre del 2014: “Conmigo se acaban los curros en derechos humanos”. No obstante, en su momento, podía llegar a sonar desafortunado y tendencioso pensarlo de esa manera.

Todo aquel que tenga su vivienda propia o alguna vez haya fantaseado con la posibilidad de lograrla sabe lo difícil y costoso que resulta construirla. Ya sea desde lo material hasta el desgaste psicológico que implica. Lo que se ve y lo que no. Se necesita tener el objetivo en claro para determinar el cambio de rumbo. Por otro lado, es un trabajo en equipo. Sólo, es casi imposible. Familia, amigos, obreros, profesionales. Cómplices.

Los gobiernos requieren la aprobación de la opinión pública para resolver los problemas que comprenden de relevancia. “Las decisiones vienen cada vez más montadas sobre una estrategia para que la sociedad acepte una determinada política: se trata de generar consenso social para una decisión”, explicó el sociólogo argentino, Luis Stuhlman, en el capítulo tres del libro “Comunicación gubernamental”. Por eso, actúan sobre dos aspectos comunicacionales: lo reactivo y lo proactivo. El primero, responde a los temas emergentes para satisfacer la exigencia y responsabilidad de informar: el día a día. En cambio, el segundo camina por otro sendero. No funciona como respuesta a la agenda. Orienta e influye con la mirada puesta en hacer interpretable sus propuestas: justifica sus medidas. Para encauzar una política, precisa preparar el campo para que se vuelva legítima su decisión. En otras palabras, no se deben construir las paredes antes que los cimientos.

“En sociedades como la nuestra, que tienden a concentrar cada vez menos decisiones políticas en los lugares propios de la política, la toma de decisiones es cada vez más compleja. Y esto es difícil, porque el sentido no se dice, no se explicita; el sentido se sugiere, se infiere”, describió Stuhlman. Vale la pena remarcar que los objetivos de fondo no vienen desde el seno gubernamental.   

En consecuencia, Cambiemos hizo honor a su slogan y comenzó, como marca en sus discursos el presidente, a poner el hombro para que los resultados que hoy no se ven reflejados impacten en un futuro. “¿Qué otras cualidades son hoy exitosas porque la sociedad las valora? La honestidad. Hoy, asociar una política pública al trabajo, a la austeridad y a la honestidad es garantía de una estrategia de comunicación exitosa”, escribió el sociólogo, en tiempos de la crisis del 2001. El gobierno fue colocando ladrillo a ladrillo, uno por uno, a veces prolijo y otras más grotesco, sin detenerse.

El informe presentado por el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, con la cifra de 7.010 desaparecidos, los dichos del ex ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Darío Loperfido, sobre la cantidad menor a 30.000, el desentendimiento de Mauricio Macri que no le “interesa participar del debate” e instalar nuevamente la idea de “guerra sucia” que, como ilustró el filósofo José Pablo Feinmann en su ensayo sobre la violencia política “La sangre derramada”, “detrás de esa idea de la ‘guerra’ pueden deslizar la justificación del horror. Así, dicen: ‘En una guerra mueren inocentes, en una guerra se cometen excesos’”. En la misma dirección, el negacionismo del director general de Aduanas de la Nación y carapintada, Juan José Gómez Centurión – al igual que el militar Aldo Rico en los desfiles por el Día de la Independencia – y la ignorancia, vaya paradoja, del ministro de Educación, Esteban Bullrich, sobre la muerte de Ana Frank “víctima de una dirigencia que no fue capaz de unir” para referirse al nazismo, son algunos ejemplos del plano discursivo que siembran las bases sobre las que se afirman sus acciones.

Por consiguiente, la casa empieza a tener forma en el imaginario colectivo al vislumbrar las gestiones de gobierno. Recién dos meses después de asumir, el Estado recibió a la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y no fue el máximo mandatario quién tuvo el honor de conducir la cita sino que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, fue el anfitrión. En el lado opuesto, justo en su primer 24 de marzo como presidente, Macri lo pasó con su par de Estados Unidos, Barack Obama, sin tener la sensibilidad social ante un pueblo que sufrió con la complicidad necesaria del país de norte américa para que sucedan las atrocidades pasadas. En la misma sintonía, al año siguiente y por decreto de necesidad y urgencia 52/2017, que luego rectificó, hizo movible el feriado nacional por la Memoria y la Justicia. Además, algunos legisladores se tomaron el atrevimiento de posar en una foto con tres lemas: “Nunca más a los negocios con los derechos humanos”, “Nunca más a la interrupción del orden democrático” y “Los derechos humanos no tienen dueño”. A su vez, no se puede pasar por alto el DNU 721/2016 que le devuelve la autonomía a las Fuerzas Armadas y lo que implica a nivel político.  

Asimismo, la policía intentó impedir la ininterrumpible ronda de los jueves de las Madres y Abuelas entorno a la Pirámide de Mayo y, posteriormente, en el mismo lugar, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta colocó atriles sobre los pañuelos pintados en las caminadas baldosas de la plaza. También, quisieron llevar por la fuerza a Hebe de Bonafini a declarar montando un mega operativo policial y mediático para una persona de 88 años. Con las ventanas ya amuradas, se hizo más visible hacia adentro de la construcción de la vivienda.

Pero todo esto no es posible sin la importantísima contribución de otras instituciones como la Justicia, la Iglesia y los medios de comunicación. Las columnas que ensamblan y sostienen el cambio. Haber otorgado el beneficio de prisión domiciliaria a genocidas es homogeneizarlos con otros criminales por igual. Por ende, los nivela con los demás. Por el lado de la religión, proponer una reconciliación entre los familiares de desaparecidos con sus torturadores y asesinos hace recordar la penosa Ley 23.492, más conocida como “Punto Final”.

Por tanto, los medios iniciaron el camino de un viejo paradigma. "En su momento jugaron un extraordinario papel de denuncia. Pero el tiempo fue pasando y los 12 años de patoterismo de estado kirchnerista lograron ponerles camiseta partidaria, vaciarlas de contenido plural y ecuménico y, en algunos casos, meterlas en el nauseabundo pantano de la corrupción", editorializó el periodista, Alfredo Leuco, del Grupo Clarín – multimedios que hizo grandes negocios durante el último poder de facto con la adquisición de Papel Prensa – sobre los organismos de DDHH. Al mismo tiempo, basta con escuchar un rato al comunicador Eduardo Feinmann en el programa “Animales sueltos”, conducido por el periodista deportivo, Alejandro Fantino, o, por ejemplo, moderando el “debate” sobre “las dos verdades de los ‘70” en el sitio Infobae que promovió la teoría de “los dos demonios”.

“La violencia política es una forma de comunicación que actúa sobre las mentes a través de imágenes de la muerte con el fin de causar miedo e intimidar a la gente. La violencia, transmitida por las redes de comunicación, se convierte en el vehiculo de la cultura del miedo”, expuso el sociólogo, economista y profesor universitario, Manuel Castells, en su libro “Comunicación y poder”. Tan sólo un fragmento para entender los ejes de la cuestión. Y, sin desperdicio, continuó: “Así, al menos en el contexto actual, la violencia y la amenaza de violencia siempre se combinan con la construcción de significado para producir y reproducir las relaciones de poder en todos los ámbitos de la vida social”.

En otro orden de las cosas, ya con toda la casa diseñada y montada, se observan los cuadros que la decoran con sus fotografías. “Los dos elementos poderosos de la fotografía son que es atractiva al lector y que proyecta veracidad. La fotografía es, en última instancia, una forma visual de pensar. Tiene la ventaja de que la gente común piensa que una fotografía no miente”, señaló el maestro en Comunicación Social y Ciencias Políticas, Roberto Izurieta Cánova, en su estudio “La comunicación política en la era del entretenimiento”. Además, existe un porqué es un gobierno de fotos: “Dentro de tres días, la mayoría de la gente olvidará el 90% de lo que han escuchado, y el 80% de lo que han leído, pero si han visto y escuchado el mensaje, lo olvidarán tan sólo el 45%”. Entonces, el impacto del marketing cobra sentido con el recurrente uso de la imagen.

Todas las ejemplificaciones y citas anteriormente nombradas sirven para intentar comprender el contexto en el que se ordenó el 2x1. Sin embargo, todavía queda mucha tela para cortar. “Hay cosas que no son tan explícitas, pero a mí me llamó la atención que ésta mayoría se compone de: los dos jueces que nombre Mauricio Macri (Carlos Fernando Rosenkrantz y Horacio Rosatti) y de la jueza que logra su permanencia después de los 75 años (Elena Highton de Nolasco) gracias a que el gobierno no apeló una sentencia”, insinuó, lo que muchos barajan pero no dicen, la autora del libro “Los Supremos”, Irina Hauser, en el programa “Siempre es hoy” de radio “Del Plata”. “Si tiene que ver directamente, si hay una devolución de favores, es muy difícil saberlo. Hay cosas que no se hablan, que se hacen. Forman parte de un pacto judicial-político que no hace falta explicitarlo”, concluyó con su teoría. Para colmo, el silencio estremecedor del macrismo al respecto, invita a pensar acerca de lo que describe la periodista. Es tan importante lo que se dice como lo que se calla: el silencio es una opción dentro de la comunicación.

En suma, el fallo de la Corte Suprema no fue aislado ni independiente. Lo que hizo fue responder a un mandato político que, ya desde antes de asumir, está tratando de imponer su ideología sobre los Derechos Humanos y la dictadura cívica-económica-militar. “Con la llegada del gobierno peronista al poder, en 1977, el grupo (de la familia Macri) contaba con siete empresas. Finalizada la dictadura militar, el holding estaba compuesto por 47 empresas”, redactó la periodista y dirigente de Nuevo Encuentro, Gabriela Cerruti, en su libro “El Pibe”. Otra forma de pensar los motivos que movilizaron a construir esta casa de la impunidad.


Los cimientos, las paredes, las columnas, las ventanas, los techos, la decoración, ya estaban hechas. Lo que hicieron los tres jueces, en definitiva, fue abrir la puerta. Todo lo demás, ya estaba servido. Quedará en el pueblo saber si tiene la memoria suficiente para impedir que se siga ampliando o no. Pero, cuidado, las casas se pueden demoler y el “Nunca más” no es una moda.

martes, 11 de abril de 2017

NO SE VUELVE

¿Qué tienen en común los docentes que intentaron instalar una carpa frente al Congreso, los pibes de un comedor en Lanús, inundados en Pergamino, una murga en la villa de emergencia 1-11-14, los trabajadores de Cresta Roja, municipales del partido de La Plata, los Mapuches o, entre otros, Milagro Sala? Un mismo mecanismo de adoctrinamiento: la represión por parte de las fuerzas estatales en virtud de establecer el “orden público”. Sin embargo, no es la única similitud.
Foto: ES Fotografía
Los heterogéneos casos nombrados anteriormente comparten, además, una curiosa particularidad. A medida que se conocen, en algunos sectores de la sociedad el umbral de indignación empieza a reconocer un límite. El domingo, muchos encontraron el suyo: “De pegarle a los maestros no se vuelve”. Ahora bien, dicha frase hecha es, al menos, objetable.

El verbo “volver” da por sentado que se estuvo en un sitio y ya no. Al mismo tiempo, presupone una división de la que, originalmente, formaba parte. Entonces, se recae en un error común ya que, al afirmar que a partir de la represión se trascendió una frontera, se parte de una premisa falsa. En definitiva, el análisis del “no se vuelve” es una reacción tardía.

Asimismo ¿quién define el límite cultural? Lo cierto es que es una zona de conflicto donde se contraponen intereses. La puja está allí. No son los docentes, los trabajadores, los pibes del comedor y la murga, o los pueblos originarios. No si se los toma en lo particular. Es todo aquel o aquello que se interponga y se atreva a discutir las decisiones del gobierno. En otras palabras, quién le de batalla. Y no es cualquiera, sino que atraviesa todas las esferas públicas – política, económica y social –. Una batalla por un nuevo-viejo paradigma cultural.

Por otro lado ¿por qué conjeturar libremente que el macrismo pretende resolver los reclamos que le generan inconvenientes de cierta manera si sus antecedentes no marcan lo mismo? O acaso los dirigentes de Cambiemos son paracaidistas. En 2013, cuando el presidente era jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, la metropolitana reprimió indiscriminadamente a los pacientes del hospital neuropsiquiátrico Borda. O en 2014, hizo la vista gorda en el incendio intencional de Iron Mountain en Barracas en el que murieron ocho bomberos y dos rescatistas, por citar dos ejemplos.

Entonces resulta que son políticos que nunca ocuparon cargos con anterioridad y la persona que debe dar las garantías de integridad a cada ciudadano es de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Por si falla la memoria, nunca está de más hacer un paréntesis y refrescar que fue ministra de Trabajo del gobierno de la Alianza y le quitó dignidad a los jubilados disponiendo de un recorte del 13%. Si se atrevió a semejante medida por qué ahora no acataría la orden del presidente de no querer “tibios”.

A su vez, en la semana en la que se produjo el primer paro nacional en contra del rumbo político y económico del macrismo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reiteró sus elogios al primer ministro argentino. Otra pata de la cuestión: la flexibilización laboral que implica bajar el poder adquisitivo y como expresó Macri, con su característico y nostálgico look noventoso portador de bigote, “los salarios son un costo más”. 

En resumen, la lectura política va más allá de una paritaria nacional docente. No interesa si son dirigentes sociales, sindicales, políticos, o referentes de espacios con una ideología opuesta. Si su reclamo es justo o no. Lo que realmente importa es imponer una cultura dominante que implica estigmatizar, criminalizar, y reprimir a quien sea un obstáculo. Mejor dicho, quien emerja como cultura contra-hegemónica.


Finalmente, volviendo a la teoría planteada en un principio, puede que algo de razón tengan quienes replican el “no se vuelve”. En definitiva, no se puede regresar a un lugar en el que nunca se estuvo, ni pretendió estarlo.    

jueves, 10 de noviembre de 2016

“BUSCAN DECIR NUNCA MÁS A LAS ABUELAS Y MADRES”

Repudio al informe del Gobierno

La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, apuntó contra el Gobierno Nacional que publicó un informe con una cifra menor a la de 30 mil desaparecidos, símbolo de una incansable lucha.

El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, hizo público este lunes un informe realizado por el Registro Unificado de Víctimas de Terrorismo de Estado (RUVTE) que el funcionario difundió por pedido de la Asociación Civil Ciudadanos Libres por la Calidad Institucional. Desde los organismos oficiales dan señales sistemáticas ponen en tela de juicio la cifra que sostienen las organizaciones de DDHH.

"Quieren hacernos quedar como mentirosas, inventoras de historias”, enfatizó la titular de Abuelas y  recomendó que en vez de “dar respuesta a este grupo inventado de abogados porque no dan respuestas a quienes buscamos a nuestros desaparecidos y a los nietos que faltan”. Además, desafió a Avruj: “Quiero mirarlo a la cara a ver qué me dice”.

El informe no es la primera fuente oficial que contradice lo que históricamente han expresado las Abuelas y Madres. En sintonía, el ex ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido, ya había querido instalar la polémica sobre el número de desaparecidos. Acto seguido, el presidente de la Nación, Mauricio Macri, expresó la poca relevancia que le otorga al tema ya que no “tenía idea” y no le “interesa participar del debate”.

"El Nunca Más lo quieren para nosotras: nunca más hablen, vayan a sus casas y dejen de perseguir a los jóvenes", advirtió Carlotto. Asimismo, agregó que les “tienen miedo” y que no las van a “destruir” porque han “luchado contra una dictadura” y todavía “caminamos y seguimos recuperando a nuestros nietos".

AVANCE Y RETROCESO


Nuevamente el Gobierno Nacional da marcha atrás sobre un anuncio que no tiene buenas repercusiones en algunos sectores de la opinión pública. En este caso, Avruj aclaró que la cifra de 7.010 desaparecidos que divulgó un informe de su secretaría “no invalida ni tiene nada que ver con los 30.000”.

“No es una provocación a Abuelas de Plaza de Mayo”, aseguró el funcionario público que se distanció de la polémica y buscó bajar el grado de confrontación con la institución. Además, contó que se comunicó con Estela por teléfono y compartió una cena en la embajada de Italia: “Le dije que no fue una respuesta a ella, sino cumplir con un pedido de una asociación civil”.

Por otro lado, remarcó que el número de 8.571 víctimas dado a conocer por su secretaría "bajo ningún punto de vista es definitivo" y que sólo reflejan los "casos denunciados por familiares" durante el período 1973-1983. También aclaró que se refiere a los que "han sido radicados en la Secretaría de Derechos Humanos" y ratificó que el número final "continúa abierto para seguir investigando".

Finalmente, Avruj se excusó en que el informe "surge de una investigación que realizó el equipo de trabajo del Registro Único de Víctimas de Terrorismo de Estado (RUVTE)" que depende de su secretaría y que fue realizado por su antecesor en la anterior gestión. En definitiva, es un nuevo avance hacia los organismos de derechos humanos y retroceso en políticas ya legitimadas. 

jueves, 3 de noviembre de 2016

LA VICTORIA Y LA DERROTA

Las repercusiones después del Rosario Central 2-1 Boca Juniors

Los protagonistas del encuentro explicaron sus sensaciones luego de que finalizara el partido y el director técnico de Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto, argumentó que “es difícil hacer un análisis futbolístico” en caliente porque “en cuatro minutos llegaron dos veces e hicieron dos goles”. Sin embargo, Eduardo Coudet contrarrestó: “Jugamos como equipo grande que es Central”.

No siempre se tiene la contundencia y eficacia que logró ayer el Canalla y su DT lo advirtió: “Nadie puede asegurar que vamos a ganar la copa, pero la vamos a pelear”. Además, destacó el partido “inteligente” que hicieron sus dirigidos ya que “Boca tiene jugadores desequilibrantes” y supieron defender la ventaja lograda “dejando el alma”. “Sigo creyendo a muerte en ese plantel”, aseguró eufórico.

“Tenemos un dolor muy grande”, comenzó el Mellizo al ser consultado por cómo se sigue y continuó: “Son golpes de los que hay que levantarse”. De todas formas, Guillermo justificó el resultado en la mala fortuna: "Tuvimos posibilidades de alcanzar a Central en el segundo tiempo, donde se vio una superioridad muy grande de parte nuestra, dos palos, el arquero de ellos que fue figura. Pero bueno, no se nos dio”.  Al mismo tiempo, se lamentó: “nos queda la sensación de que merecimos más".

Asimismo, el volante Xeneize Pablo Pérez sorprendió al reconocer que “en el primer tiempo faltó muchísima actitud”. El ex Newell’s analizó que si convertían el gol antes “era otro el resultado”. Por otro lado, siente que no clasificar a la Copa Libertadores es “duro para la gente” y para “todos”. “No nos queda otra que levantar la cabeza y seguir laburando para que nos vaya bien en el torneo”, finalizó Pérez pensando en el futuro.



En sintonía, Ricardo Centurión asumió la responsabilidad de no haber tenido la personalidad para jugar de otra manera el inicio del partido: “Dejamos pasar el primer tiempo”. En relación al encuentro, el ex volante de Racing consideró que la diferencia estuvo en que los jugadores de Central "fueron efectivos" porque "no habían generado mucho". Y concluyó: "Me voy triste y dolorido, queríamos pasar de ronda".
Finalmente, todo lo contrario pasaba por la cabeza de Marco Ruben que aclaró que la victoria es muy “importante por el presente” y porque están “muy cerca de conseguir lo que queremos”. En cuanto a la relevancia del partido y la continuidad de Coudet explicó: “Nos jugamos la vida por el cuerpo técnico y el grupo. Se lo regalamos a nuestra gente y vamos a seguir peleando”. Por último, se permitió sonreír: “Estamos juntos y contentos. Ahora, a festejar”. 

SE DESAHOGÓ EL CANALLA

Rosario Central le ganó 2-1 a Boca Juniors, lo eliminó de la Copa Argentina y avanzó a la semifinal del torneo que jugará contra Belgrano de Córdoba. El Kempes fue una fiesta canalla y el equipo de Guillermo se quedó sin copas: Argentina y Libertadores.


Como era de esperar, el partido comenzó friccionado y parejo y, si bien no se sacaron demasiadas ventajas, la Academia rosarina dominó el primer cuarto de hora. Pero cuando Boca se imponía y pasaba por su mejor momento, en una ráfaga de cuatro minutos llegaron los goles de Central de José Luis Fernández que la empalmó de lleno y remató violentamente el arco Xeneize y Germán Herrera que capturó un flojo rebote de Guillermo Sara y no tuvo piedad.

Eduardo Coudet expectante antes del comienzo

VIEJO Y CANALLA NOMÁS

El partido de anoche fue una nueva muestra de carácter de los jugadores de Rosario Central que bancaron de la mejor manera a Coudet en la cancha. Para colmo, el DT le acertó al planteo táctico: en la previa sacó a Teófilo Gutiérrez y lo puso a German Herrera, que fue el autor del segundo gol. Le salieron todas al Chacho. 


En el complemento el Canalla se dedicó a defender la ventaja y contragolpear al Xeneize que, con pocas ideas, logró hacer figura al arquero Sebastián Sosa. Además, el equipo de Eduardo Coudet contó con esa cuota de fortuna necesaria para ganar porque los palos jugaron a su favor y recién en el tiempo adicional, y sólo para la estadística, pudo descontar Darío Benedetto. Segundos después, Patricio Lousteau pitó el final.  


Con la victoria de Lacadé consumada, todos los jugadores, los titulares, los suplentes y hasta los lesionados como Javier Pinola, más el Chacho y su cuerpo técnico se fundieron en un abrazo de gloria, cargado de felicidad, alivio, y con un poco de sabor revancha. Del otro lado, todo lo contrario: desazón, bronca y tristeza. La cara del Mellizo en los últimos minutos sintetizo a su equipo. En definitiva, era la cara de la derrota.

FUERA DE LAS COPAS

Bou, Zuqui, Benedetto, Tobio, Vergini, S. Pérez, W. Barrios, Centurión, Werner y Solis. Nueve apellidos para reforzar un equipo que en principio se preparó para llegar a la final de la Copa Libertadores 2016 y ahora ni siquiera va a disputar la fase de repechaje de la 2017. Dirigentes, jugadores y cuerpo técnico. Todos son responsables de este presente: Boca no jugará ningún torneo internacional el próximo año.   

Guillermo Barros Schelotto había advertido cuando comenzó su ciclo que su equipo se iba a empezar a ver después de la pretemporada de mitad de año. Con esa declaración abrió el paraguas y extendió el plazo para que lo evalúen en su función. Llegó el momento de hacerlo cargo de sus responsabilidades. Tuvo tiempo para trabajar y el equipo no encuentra el rumbo. Claro está que no pasa por el resultado contra Central sino que no sabe a qué quiere jugar.

Por el lado de la dirigencia, el presidente Daniel Angelici debe dar cuentas de las excesivas contrataciones que realizó sobrepoblando de jugadores en posiciones similares como el medio campo y con poco recambio en otros, como en la delantera. Y lo que es peor aún, Boca no sólo disputará afrontar torneo local con semejante plantel sino que quedar afuera de las copas le significa una gran pérdida económica.

Asimismo, lo de los jugadores ya es alarmante. Pasan y pasan nombres y el equipo no responde. A veces el formato de 30 equipos puede llegar a confundir la realidad porque inevitablemente entre los clubes hay diferencias abismales. ¿Qué le criticaron a Rodolfo Arruabarrena? No ganar los partidos importantes. Pasan los técnicos y los jugadores siguen en la misma sintonía.