La movilización del pasado viernes 29 de abril por el Día del Trabajador
conglomeró varios actores sociales, culturares y políticos. Agrupaciones que
hasta hace cinco meses estaban en las antípodas se unieron en post de diversos
reclamos y en repudio a las políticas iniciadas desde el 10 de diciembre de
2015. Este suceso que anticipó el comienzo del mes de mayo tiene un anclaje con
el Mayo Francés porque, en ambos contextos, adhirieron a la marcha sectores de
distintas clases sociales y siempre que esto ocurrió temblaron los cimientos de
cualquier sistema político.
El 3 de mayo de 1968 comenzaba la semana rabiosa que duró hasta el 15 del
mismo mes, y fue bautizada con los años como el Mayo Francés. Numerosos
estudiantes de la Facultad de Humanidades de Nanterre iniciaron la rebelión que
mantuvo en vilo a todo el mundo y sus ideas se propagaron a lo largo y a lo
ancho de los continentes. Uno de los principales ideólogos de este hito fue
Herbert Marcuse, que destacó como fundamental la unión de los universitarios con
los trabajadores que nucleó dos extremos de la ciudadanía: “la conciencia más
avanzada de la sociedad con la fuerza trabajadora más explotada”.
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| Estudiantes y trabajadores marcharon unidos de los brazos |
La manifestación ocurrida en Francia posicionó al conflicto desde lo
político y cultural, y, por primera vez, se involucraron algunos intelectuales
participando y actuando por la causa. Marcuse junto con Jean Paul Sarte, otro
de los ideólogos relevantes, plantearon cuestiones como la libertad de amar
dejando de lado prejuicios anacrónicos, que desembocó en la liberación
femenina, la defensa de la ecología y del medio ambiente, entre otros
postulados novedosos para la época. El sociólogo estadounidense Immanuel
Wallerstein, en su libro “Después del liberalismo” (1997), afirmó que se
congregaron “más de diez millones de personas en una huelga general,
espontánea, sin dirección política”.
En sintonía con lo anteriormente desarrollado, a la movilización del pasado
29 de abril asistieron diversos sectores sociales que militan y proclaman
ideales como los del Mayo Francés. Se unieron banderas como la lucha por el
trabajo y contra los despidos, con las cinco centrales gremiales, la educación
pública, con estudiantes y profesores universitarios, cuestiones de género, con
agrupaciones contra el sistema patriarcal, y se visualizaron algunos referentes
de partidos políticos como La Cámpora, el PJ, la izquierda, entre otros.
Además, muchos ciudadanos se auto convocaron sin identificarse con ningún grupo
pero sintiéndose parte de un conjunto.
Crónica de la Agencia EFE de España
sobre el Día del Trabajador en Argentina
Para finalizar con la analogía, resulta necesario recordar que los ideales
del Mayo Francés no fueron canalizados políticamente ya que tenían un sistema
muy horizontal, donde ningún referente tomó posicionamiento de liderazgo y esto
generó que, con el correr del tiempo, el ensayo general quedara sólo en eso y
las propuestas se disipen. Lo que resta es analizar es quién recogerá
políticamente la llama que se encendió en el Día del Trabajador o si en
definitiva terminará como en Francia. Sin embargo, donde hubo fuego, cenizas
quedan.
Dejo a continuación tres links con contenido adicional para profundizar la información:
- Juventud y militancia: "Zoom: la revuelta de los estudiantes", de Canal Encuentro.
- "Señor Presidente, tengo una idea", de Ignacio Jawtuschenko en Página/12.
- "Los peores días del gobierno de Macri", de Julio Blank en Clarín (un editorial con la línea política del diario que refleja otra visión de lo sucedido)

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