martes, 28 de junio de 2016

TRABAJAR LA NOTICIA

Con diferentes criterios

El diario Clarín, en particular, no hizo referencia a los despidos que se produjeron desde el cambio de gobierno nacional. Sólo menciona la problemática cuando alguna voz oficial se pronuncia al respecto, como por ejemplo Mauricio Macri o Marcos Peña, o por medio de algún anuncio de gestión o alguna entrevista como con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. Sin embargo, los datos que revela la consultora privada Tendencias Económicas, el 3 de junio de 2016, indican que en los primeros cinco meses del año los trabajadores despedidos fueron 154.570. ¿Tanta cantidad de gente echada, no es noticia?

Clarín tiene una ingrata historia cuando “se pone la camiseta” de quien representa sus intereses. El 30 de julio de 2000, el país estaba conmovido por el suicidio, el día anterior, del médico argentino más conocido en el mundo, René Favaloro. Sin embargo, esa no fue la noticia destacada. Se hablaba de “los resultados positivos” que los consumidores obtenían en sus quejas ante los entes de reclamos y, lo que era más llamativo, aparecía publicada una foto de los principales miembros oficialistas bajo el título: “La Alianza está de cumpleaños”. Otro ejemplo fue el 27 de junio de 2002, con el famoso titular “La crisis causó dos nuevas muertes”, que pretendía encubrir a los responsables del asesinato de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán.

El sábado 30 de abril de 2016 fue una muestra más de los intereses que está dispuesto a defender el monopolio. En día anterior, las cinco centrales sindicales hicieron un multitudinario acto en contra de los despidos y por el Día del Trabajador. La tapa de Clarín fue: “Nuevo escándalo en la AFA con la plata del Fútbol para Todos”. De todos modos, en la portada, la foto principal fue la de la protesta. Lo que más llama la atención es la contradicción del propio medio: La notica de la AFA está recién en la página 90 y la de masivo acto en la 4. Entonces, ¿hay coherencia? Sí y no. Si se lo analiza desde los criterios de noticiabilidad no hay coherencia. No obstante, si se lo razona a partir de los intereses de Clarín, la lógica comunicacional es entendible.

Asimismo, el diario se pregunta cuanta gente hubo y estipula que más de 100 mil pero que “la policía Federal dictaminó 80 mil”, aunque termina expresando que es “mucha gente en cualquier caso”. Allí también encontramos otra contradicción. Según el medio, la cantidad de personas que asistieron es un número importante pero más de 150 mil despedidos no lo es como para dedicarle algún espacio en el periódico.


En síntesis, el Día del Trabajador es un buen ejemplo de cómo se manejan las noticias y entender los por qué es un método necesario para reflexionar sobre los medios de comunicación. No sólo Clarín funciona de esta forma, sino que casi todos hacen lo mismo de acuerdo a sus intereses. Por esa razón, es fácil responder al interrogante inicial, pero esa no es la pregunta más apropiada. Lo que correspondería hacer en primera instancia cuestionarnos respecto de qué medio de comunicación hablamos para empezar a razonar con propiedad. Como dice el refrán: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.

ENTRE BROMA Y BROMA

El humor dice mucho más de lo que se considera, a simple vista, como un inocente chiste. El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, en El chiste y su relación con el inconsciente, explica que “un pensamiento puede ser expresado por medio de diferentes formas verbales -o palabras- que todas ellas lo reproducen con igual fidelidad”. Clarín, además de contar con las historietas de Sendra, que juega con el tema del día que el diario eligió, tiene la una columna especial de “humor político” que sale sólo los domingos y su autor es Alejandro Borensztein. La sección se ubica en la segunda página, en un contexto del diario en el que se muestra “descontracturado” y, de esta forma, establece un código que comparte con el público. Sin embargo, hace una bajada ideológica con la complicidad de los lectores.


Borensztein no es ningún improvisado. Es hijo del comediante Tato Bores (Mauricio Borensztein), hermano de Sebastián, guionista y director de cine, y está casado con la periodista Viviana Canosa. Arquitecto egresado de la Universidad de Buenos Aires, productor de televisión y autor de libros políticos como por ejemplo: "Comedia Kirchnerista en Nueva York" (2010), "Compañera Jefa para todos" (2012), "El año del Compañero Papa" (2013), "Cristina y los marcianos" (2014) y "La Hora del Compañero Macri" (2016). Además, desde el 2009, es el presidente de la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (CAPIT) y, a partir del 2011, también es el vicepresidente primero del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires.

“¿Qué debe hacer un gobierno flamante y bonito como el que llega para no terminar pedorro y destartalado como el que se acaba de ir?”, se pregunta Borensztein –el sábado 4 de abril de 2016 en “Gobierno entrando a boxes”– y predica una máxima que no se sabe dónde está escrita pero para él “todo gobierno nacional de buena marca tiene garantía por dos años o hasta alcanzar el 35% de inflación anual, lo que ocurra primero”. No conforme con su manto protector hacia el gobierno de Mauricio Macri, agregó: “Eso significa que mientras esté bajo la garantía, todos los males podrán ser atribuidos a los genios que estaban antes”. Si no fuera porque lo que escribe es políticamente incorrecto para un funcionario público, su justificación se la podría confundir con la de cualquier miembro de Cambiemos con su discurso oficial de “la pesada herencia”.

Su columna del domingo 8 de mayo de 2016 la tituló “Cambiemos el peronismo” y juzgó al  Papa Francisco y al candidato a presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de ser peronistas: “Uno es de la rama ‘alta sensibilidad social’ y el otro, pertenece al populismo de rama ‘burros con guita’, un sector que tiene una unidad básica en Santa Cruz que anduvo muy bien y creó el kirchnerismo”. En los párrafos siguientes, analiza “cómicamente” la restructuración del PJ y postula a los dirigentes que, según sus palabras, pueden entrar “en la bolsita negra” de los “tóxicos” y en “la verde” de los “reciclables”. Considera a José Luis Gioja, Daniel Scioli, Sergio Massa, Felipe Solá, Juan Manuel Urtubey y Adolfo Rodriguez Saá dentro de los “rescatables” y a los “kirchneristas puros”, como Axel Kicillof o Cristina Fernández que la caricaturiza como “Ex Ella”, en la bolsa de la basura negra. En definitiva, sus apartados humorísticos son un editorial encubierto.


Según el periodista Héctor Borrat en El periódico, actor del sistema político “las actuaciones púbicas del diario son el resultado o producto de una serie de actuaciones no públicas, que se concentran en el proceso de producción de la actualidad periodística para su publicación periódica”. Es decir, la sección no es casual y está completamente diseñada y pensada desde el lugar que ocupa, quien la escribe, que días sale, y que temas elige. Como un buen arquitecto, Borensztein construye minuciosamente y con firmeza, no un edificio o una casa, un discurso. Lógicamente, entre broma y broma, la verdad asoma.

lunes, 27 de junio de 2016

"CLARÍN Y MACRI COGOBIERNAN EL PAÍS"

Entrevista a Javier "el Profe" Romero

El periodista fundador y Director General de El Diario de Morón, ex Duro de Domar y autor de “Vale todo”, la biografía no autorizada de Daniel Hadad, analizó el poder que tiene el Grupo Clarín y el panorama actual de los medios de comunicación en Argentina a partir de
la llegada de Cambiemos al gobierno.


¿Por qué crees que temas como Lázaro Báez ocupan mayor cantidad de líneas en el diario Clarín que otros como los despidos o los Panamá Papers?
Mirar un diario como una herramienta aséptica y que nos puede brindar herramientas sin contaminación para entender lo que pasa, a esta altura, es bastante ingenuo. En realidad, Clarín claramente estuvo posicionado en contra del gobierno anterior y claramente trabajó para que Macri sea presidente de la nación y, a partir de ahí, lo que hay es un acuerdo general de una especie de cogobierno y un pacto. Hay algunos hombres de Clarín en algunas áreas y acordó protección mediática
¿Cómo crees que es el trato entre Mauricio Macri y los CEO del Grupo Clarín?
Vos fijate, nombró por decreto dos jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que es la más alta que hay en el Poder Judicial. Uno, es un tal Rosatti que es un santafecino amigo del presidente de la Corte y el otro es Rosenkrantz, un ¡abogado de Clarín! En el Fondo de Garantías Recíprocas de la ANSES: otro abogado de Clarín; en el INCAA: el presidente de cine del grupo Clarín. Fue repartiendo. Igualmente, puede romperse también porque, en rigor, hubo una rispidez muy fuerte cuando entró el Grupo Turner que venía con una montaña de dinero para comprar el fútbol. Cuando vieron que Macri no estaba a favor de ellos sacaron una tapa de la pobreza. Justo explotó Panamá Papers y, aparentemente, hicieron otra vez un acuerdo, pero lo cierto es que se puede romper. Entonces, todo este poder que le está dando a Clarín, ¿se le puede puede volver en contra?
Si, puede ser. Clarín lo que va a hacer en esta etapa es tener cosas y aprovechar la debilidad del gobierno para arrancarle concesiones. Clarín apoyó a De la Rúa hasta diez minutos antes. “La gente comprende”, ¡las pelotas! El 20 de diciembre si de la Rúa no salía en helicóptero yo creo que agarraban la Casa Rosada y la empezaban a empujar hacia al río hasta que la tiraban. ¿Si me gusta eso? No, pero lo entiendo, contra eso no se puede. Si no tenes para morfar, si no tenes para pagar, si no tenes para nada, por más que Clarín y TN, te digan lo que se les cante, no te importa. En definitiva, Esos son los tiempos de los pueblos. 
El periodista Pablo Llonto, en su libro La Noble Ernestina, dice que “Clarín no tiene amigos, sólo tiene socios transitorios”…
Hay otra fuente que uno no podría sospechar de parcialidad, es decir, que no está en contra de Clarín y es el embajador de Estados Unidos en Argentina. Los Wikileaks son los documentos secretos que revelan lo que las embajadas de Estados Unidos informan de todos los países al gobierno central. En una reunión, Magnetto le dice al embajador: “Nosotros somos socios, estamos para ustedes, tenemos intereses parecidos”. El embajador reporta: “Es el grupo más importante de medios, que tiene más lectores, pero a diferencia de La Nación que tiene una postura claramente de derecha y conservadora, a Clarín sólo le importan sus negocios”. Está diciendo que no tienen ideología, que son mercenarios.
¿Como ves el panorama para los trabajadores de prensa?
Muy complicado. Empieza la multifunción, integración de las redacciones, y reducción de personal.
¿Seguiste el abordaje periodístico que hizo Clarín con el tema de los despidos? ¿Qué cobertura le dieron?
Prácticamente no habla del tema. Algo que está casi al tope de las preocupaciones de la sociedad y el diario no lo transmite, no lo comunica. ¿Por qué? Porque es algo que, justamente, se enmarca dentro de una gran generalidad: amplifica aquellos temas que el gobierno quiere amplificar por razones políticas y disminuye al mínimo la tensión y la difusión de aquellos temas que le molestan en alguna parte al gobierno.
¿Cómo instala un tema el Grupo Clarín?
Lo hace repitiendo. Lo primero que hay que entender es que el Grupo Clarín te instala un tema porque concentra mayor parte de los medios de comunicación en la Argentina. Si lo medimos por audiencia, como se debe medir, tiene el 60% de los medios. Dicen: “Este es el tema más importante del día” y todos hablan de eso.
¿Quién le puede pelear la agenda mediática?
Nadie, menos ahora. En algún momento el gobierno anterior intentó pero es casi imposible. Tenía que ver con la relevancia de las políticas. No es casual lo que hizo Macri: quitó las retenciones al campo y eliminó la Ley de Medios. Les pagó, les devolvió favores a los que le bancaron la campaña y a los que se la bancaron mediáticamente porque necesita también que lo protejan. Sabe que su gobierno representa al 1% de la población y tiene que gobernar en contra del 99%. Hoy tenemos ese panorama: el 85% de los medios privados y el 100% de los medios públicos en manos de Macri. ¿Cómo haces? No hay manera. Bah, las redes tal vez. Algunos medios, las redes y la militancia. Yo creo que esas son las únicas tres herramientas que hay para poder desarmar el discurso.
¿Las redes son una herramienta contra-hegemónica?
Sí, tienen una importancia creciente.
¿Qué pensás de los medios y periodistas que alzan la bandera de la objetividad?
¿Qué van a decir? El lobo necesita disfrazarse de abuelita para comerse a caperucita, si abre la puerta como lobo, caperucita se va, no entra a la casa. Yo lo veo lo más natural del mundo. Tienen que decir que son objetivos. El análisis lo tenemos que hacer nosotros como sociedad.


¿La militancia y el periodismo se pueden congeniar?
Absolutamente. Yo creo que es como decir “¿tenés un carnet de Greenpeace y sos docente? Sí, ¿qué tiene? Me interesa la ecología y aparte soy docente ¿cuál es el problema? Yo creo que también es otra etiqueta que meten para tratar de desprestigiar, pero la verdad que no me molesta para nada.
Los medios hegemónicos te etiquetan como un periodista k ¿Por qué crees que lo hacen?
Porque necesitan estigmatizarte desprestigiarte, etiquetarte. Ellos sí “son independientes y objetivos y nosotros no” y así no le crees al “otro” porque el “otro” tiene intereses distintos, no te va a decir la verdad. ¿Leíste en algún lado “periodistas M”? Es raro, solamente hay K. ¿No hay “M”, “UCR” o no hay otros periodistas que piensen otras cosas? Es absolutamente deliberado y se basan en el poder que tienen. Dicen algo de alguien y ya está, lo repiten ciento cincuenta veces y mucha gente va a decir “los periodistas K”.
Hace poco salió una noticia en la que habías recibido, durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, más de cinco millones de pesos en concepto de pauta oficial…
Nosotros hicimos la cuenta eran $9.000 por mes. El Diario de Morón tiene 27 años, 16 o 24 páginas, semanal, color, oficinas, empleados, teléfono, todo y ellos decían que me la llevaba a mi casa. Hicieron la cuenta total y era $1.100.000 en doce años. Mira qué curioso, llegó el PRO al gobierno de Morón y lo primero que hizo el intendente de Morón, Ramiro Tagliaferro, fue firmar un contrato con Clarín para un suplemento zonal, que tira 2.500 ejemplares y le da $300.000 por mes. “Romero, ¡qué barbaridad! $9.000 por mes” y ¿a Clarín cuanto le dio por un suplemento? $300.000. La verdad que es difícil contrarrestar eso porque ¿desde dónde lo hago? Yo lo digo pero ¿quién lo lee?
¿Tenés la necesidad de salir a responder o desmentir siempre? ¿No les das entidad?
Ellos ya la tienen la entidad, no se las doy yo. En todo caso, ellos me dan entidad a mí. Obviamente respondo. Confío mucho en la percepción de la gente, en su crítica, que entiendan lo que pasa.
¿En qué afectó, a los medios locales, la derogación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual?
Si Macri está cuatro años yo creo que hay una especie de medicidio. Los medios locales desaparecen. Por varias razones: una porque Magnetto quiere todo así que va a arrasar el terreno de los medios. Mientras más crece Clarín, más medios caen y van tirando gente. Inevitablemente es así. Después hay otro fenómeno que son los tarifazos. En los medios pequeños, en medio de un panorama recesivo como el que hay, impactan de manera directa. Algunas radios ya tuvieron que reducir los horarios de transmisión porque el costo de la energía es muy alto. Se debilitan y el poderoso, naturalmente, aprovecha eso. Encima se le complica porque salís a buscar avisos a la calle y está complicado.
Dijiste “si Macri está cuatros años…” ¿pensás que puede terminar antes su mandato?
No lo sé. Supongo que va a estar los cuatro años, salvo que continúe con éstas políticas. Los números parecen muy trágicos. Uno piensa que la gente queda expulsada y afuera, yo no sé hasta donde se profundiza eso, que pasa. Viene un test importante el año que viene y después veremos quien capitaliza eso, que es otro tema.

viernes, 24 de junio de 2016

VUELTA DE PÁGINA

CONTRAPUNTO

El diario Página/12 tiene una visión crítica hacia el gobierno de Mauricio Macri y se propone denunciar e imponer temas en la agenda de las noticias. Pero por el poder de aglomeración de medios de comunicación que tiene el Grupo Clarín y a la cantidad de personas que llega su mensaje, el matutino fundado por Jorge Lanata en pocas ocasiones logra su objetivo de fijar temáticas en la opinión pública. En consecuencia, funciona como respuesta a la agenda ya establecida por el multimedios.

Durante los días en que analizamos al periódico conducido por Héctor Magnetto, se observa poca variedad en las noticias que el diario considera relevantes. En cambio, Página/12 expone una gran diversidad de sucesos y aborda en profundidad los hechos que al gobierno de Cambiemos le son ingratos. Además, es característico del diario presentar una portada con un titular y una imagen impactante referida al oficialismo.

Son muchas las razones por las que Página tiene dicha postura. Surgió como el primer diario de análisis del país, en 1987, con un Raúl Alfonsín desgastado y la pronta llegada de Carlos Menem a la Casa Rosada. El contexto que se vislumbraba no era el mejor para los trabajadores de prensa. El menemismo tenía los grandes medios de su lado y la apuesta fuerte de Jorge Lanata fue denunciar y criticar las políticas neoliberales y los entramados de corrupción que conllevaban.

Con el paso de los años, encontró en el kirchnerismo un reflejo ideológico en las políticas de gobierno que emplearon Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Entonces, es lógica la acérrima reprobación al macrismo, que no es nueva sino que ya desde los noventa con, por ejemplo, el negociado entre por esos tiempos empresario Macri y el intendente de Morón, Juan Carlos Russelot, por las cloacas del partido del oeste. También, fue duro con la deuda de la familia del actual presidente que dejó en el Correo y en toda su gestión como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Sin embargo, no es tan simple como explicar que está de un lado o del otro. Es preciso entrar en los detalles. Opinan en el diario periodistas y analistas políticos como Luis Bruschtein, Mario Wainfeld, Alfredo Zaiat, Martín Granovsky, David Cufré y Horacio Verbitsky, quien es partícipe desde el primer ejemplar de Página. Son todos profesionales con un fuerte arraigo ideológico de matriz de centro izquierda y reflejan la identidad de los valores que se atribuye el medio. Desde este punto, se puede argumentar un poco mejor su posicionamiento.

Asimismo, al pasar las hojas del diario se encuentra poca publicidad y ninguna pauta oficial, lo que es una particularidad ya que por lo general los medios gráficos son en un 60% contenido y en un 40% venta comercial. No obstante, esto le permite no tener lazos contractuales que delimiten el campo de acción para poder actuar como periodismo de investigación. Es decir, no hay medio que aspire a tener una gran tirada de producción que subsista sin anunciantes, pero también le significa mayor autonomía a la hora informar a sus lectores que se identifican culturalmente con el diario.


Por todos estos motivos, Página/12 se contrapone a Clarín. Aunque las diferencias son notorias desde lo ideológico, conviven con grandes similitudes desde lo conceptual ya que ambos son medios gráficos. Página también maneja mecanismos comunicacionales que son propios de la prensa escrita. La disimilitud más visible es que Clarín se autodenomina como “independiente” y “objetivo” que es un bien deseable pero imposible de alcanzar porque desde que temas elige y como los narra hay siempre mayores o menores grados de subjetividad. Retomando al filósofo italiano Umberto Eco, la construcción periodística es verosímil, es decir, el discurso se parece a la realidad sin serlo porque los periodistas, con sus argumentos, ponen en circulación mundos posibles. En definitiva, nadie es dueño de la verdad por eso no hay que quedarse con una sola voz y resulta valioso dar una vuelta de página. 

jueves, 23 de junio de 2016

SHOW PERIODÍSTICO

OPINIÓN

Las tres funciones que un periodista nunca debe olvidar son: informar, formar y entretener. La primera la debemos entender como la construcción de la realidad que el profesional debe dar a conocer a su público. La segunda no se trata de formar ni de manipular intencionalmente la opinión de los lectores, oyentes o televidentes, sino que, a partir de la información brindada por el periodista, las personas tengan las herramientas necesarias para hacer su propio juicio de valor. Por último, no se debe olvidar que si la exposición es aburrida, rápidamente cambian de página, de dial o de canal. Sin embargo, parece que las dos primeras están guardadas en un cajón y hoy por hoy sólo se reivindica una función: el entretenimiento mediático.

Es por esto que el medio de comunicación gráfico es el indicado para escaparle a las presiones del mercado marketinero, que se rige por el rating y poco le importa el contenido de calidad. Los tiempos de un diario o una revista no son los mismo que los radiales o televisivos, por ende, debemos exigir que la información, los datos, las fuentes, los análisis y todo el producto en sí, no se vea inmerso en la vorágine de “lo que vende”. Es una excusa que “es lo que la gente quiere” o “es lo que pide la gente”. ¿Quién o qué es “la gente”? Nadie ni nada y todo a la vez, pero la única certeza es que es un vacío intelectual que es pertinente para una charla de café, un pasillo, o un rumor de barrio pero no para el periodismo, y menos el gráfico.


Entonces, me parece que como sociedad tenemos pendiente replantearnos que periodismo queremos y cómo nos queremos informar. ¿Es realmente la forma que nos gusta? No lo sé, pero de lo que sí estoy seguro es que no a todos, porque el generalismo en el que nos engloban como “la gente” nos homogeniza a su piacere. Es verdad que es difícil romper contra la hegemonía de los medios de comunicación dominantes pero hay que saber aprovechar las oportunidades que nos brindan las tecnologías. Tenemos formas alternativas para poder informarnos como por ejemplo las redes sociales, Facebook, Twitter, Instagram, o algunos medios contra-hegemónicos. No es tiempo de excusas, depende de cada uno ser parte o no del show.   

lunes, 20 de junio de 2016

UNA TAPA VALE MÁS QUE MIL PALABRAS



En muchos países del mundo pero particularmente en Argentina ocurre un fenómeno de extremismos entre las posiciones que asume cada persona ante cualquier hecho. Los medios de comunicación, y mucho menos los gráficos, no están ajenos a este factor social. Al contrario, son protagonistas y reproductores de la polaridad de la que pretenden desentenderse para jactarse de “objetivos”. Esto aplica a cualquier diario por más “independientes” que quieran mostrarse. En el caso de Clarín, basta con comprarlo consecutivamente por unos días para poder sacar algunas conjeturas sobre la postura del periódico hacia los diferentes acontecimientos.


Uno de los recursos periodísticos que más impacto causa en los lectores son las tapas de los diarios. Es realmente valioso hacer el ejercicio de colocar las portadas una al lado de la otra siguiendo el recorrido de los días y observar detalladamente cuales son las noticias que considera el medio de mayor relevancia. Para Clarín, desde el domingo 24 de abril de 2016 hasta el jueves 5 de mayo del mismo año, el tema más importante fue “La ruta del dinero K”, con un notable empecinamiento hacia Lázaro Báez poniéndolo como figura principal de la “corrupción kirchnerista”.

El periódico gráfico, según el periodista Héctor Borrat, “ha de ser considerado como un verdadero actor político”, si se lo entiende como “colectivo o individual capaz de afectar el proceso de toma de decisiones en el sistema político”. Su protagonismo parte “como grupo de interés que, para lograr sus objetivos, necesita narrar y comentar la actualidad política, social, económica y cultural ante una audiencia de masas, lo que hace de él un agente de socialización que influye sobre sus lectores”.

Algunos de los títulos del día de las tapas fueron: “Ruta del dinero K: la Justicia tiene pistas sobre las bóvedas”; “Un fiscal advirtió a Máximo por presuntos desvíos millonarios”; “Los allanamientos en propiedades de Báez fueron ‘muy exitosos’”; “Hallan dólares y bolsos en propiedades de Báez y seguirán allanando”; “Báez pidió protección al Gobierno: dice que amenazan a sus hijos”; y la más alevoso fue la portada del sábado 30 de abril, posterior al Día del Trabajador que fue un suceso histórico porque después de muchos años se juntaron las cinco centrales sindicales en un mismo acto: “Nuevo escándalo en la AFA con la plata del Fútbol para Todos”.

Sin embargo, durante esos días ocurrieron otras cosas que el diario opto por secundarios o menores como por ejemplo: los tarifazos, la masiva ola de despidos, la votación de la ley antidespidos, Panamá Papers, con las off shore del presidente de por medio, las repercusiones del pago a los fondos buitres, el registro de la mayor fuga de capitales desde la crisis mundial del 2009, los coletazos de la tragedia de la fiesta Time Warp, la condena a cadena perpetua del genocida Luis Patti y el ya nombrado acto de los sindicatos. Nadie dice que el tema de Báez no sea de importancia pero tampoco fueron días en los que no pasó nada trascendental. Además, cuando aparece el primo y testaferro de Macri involucrado, Ángelo Calcaterra, el diario ni siquiera lo nombra y titula: “Infancia vulnerada: hay cuatro millones de chicos en la pobreza” y como volanta: “Otra herencia del kirchnerismo”.

La herramienta comunicacional que ejecuta el diario conducido por Héctor Magnetto es la que el sociólogo francés, Pierre Bourdieu, denomina como el arte de “ocultar mostrando”. Consiste en elegir y hacer un recorte de la realidad y construir sobre esa imagen la verdad absoluta, la única realidad. Clarín insiste con “la ruta del dinero K” para no hablar de otras cosas que le incomodan a los intereses del gobierno que, en este momento, ha decidido proteger. La lógica es tan sencilla como la siguiente: los aumentos, el ajuste, los despidos, es decir, la plata que le falta en el bolsillo a los ciudadanos es porque se “la llevó toda” Lázaro Báez, y rápidamente se lo asocia con la justificación de “la pesada herencia”.

Asimismo, para el antropólogo argentino Eliseo Verón, “la confianza se apoya en el siguiente mecanismo: el discurso en el que creemos es aquel cuyas descripciones postulamos como las más próximas a las descripciones que nosotros hubiéramos hecho del acontecimiento si hubiéramos tenido de éste una ‘experiencia real’”. Clarín tiene la fortuna de tener un asiduo público que, en general, es la ancha avenida de la clase media.


Por último, Stella Martin, Doctora en Ciencias Sociales graduada en la UBA, explica que a partir del “consenso que la sociedad otorga a los medios como soporte comunicacional que construye y difunde sentido sobre el mundo” se genera el “contrato de lectura” o “contrato mediático”. Esto quiere decir que muchas veces, el lector es quién le exige al diario que opte por una posición clara y a la que ya lo tiene acostumbrado. De todas formas, el sol no se puede tapar con un dedo de la mano… ni con una tapa de Clarín.

domingo, 19 de junio de 2016

NOBLEZA OBLIGA

Es la mujer más rica de la Argentina. Sólo ella sabe, y nadie más que ella, lo que conlleva la soledad de caminar a paso firme con los zapatos del –para unos cuantos–  tan anhelado poder. Su andar no tiembla y menos piensa en detenerse. Dueña mayoritaria del multimedios más importante del país y de América Latina, con propiedades millonarias y con una fortuna escandalosa. No se le mueve un pelo de su elegante peinado ante las denuncias por la apropiación de sus dos hijos, Marcelita y Felipito, durante la última y más sangrienta dictadura militar. Todos quieren tenerla de aliada y nadie se le atreve a decirle que no. Es la viuda de Roberto Noble, el fundador del diario con arraigue en la clase media. Es la heredera y constructora del imponente Grupo Clarín. Ella es Ernestina Laura Herrera de Noble.



LA SEÑORA, LA DIRE, LA VIEJA, LA DIRECTORA, LA VIUDA, LA LOCA, LA PITI, LA NOBLE[1], son los ocho alias que utiliza el periodista Pablo Llonto en su libro “La Noble Ernestina” (2003), para referirse a ella. Junto con Héctor Magnetto, lo despidieron por ser un representante sindical que “molestaba” con sus asambleas y reclamos por los derechos de los trabajadores precarizados y la flexibilización laboral que está en el ADN de la empresa. El diario Clarín puede ser muy contradictorio a lo largo de su historia pero si hay algo que no se le puede objetar en estos primeros seis meses del mandato de Mauricio Macri es su coherencia con el tratamiento del tema despidos. Cuando algún periodista no se disciplinó o los números no les cerraron se sucedió, lógicamente, el ajuste y la persecución ideológica hacia sus empleados. Resultado: muchas familias quedaron en la calle.

“Tenemos que echar gente y achicar el diario, las deudas son muy grandes”, le explicó el –por aquel entonces– jefe de redacción y abogado asesor en temas financieros, Oscar Camilión, a LA SEÑORA. “Salvo porque ella nunca había firmado telegramas de despido, LA VIUDA no sintió mayores escozores en los días siguientes. La empresa redujo el personal notoriamente, se dejó de enviar el suplemento de avisos clasificados al interior del país porque se lo consideraba un gasto innecesario y se pactaron nuevas condiciones con los proveedores de tinta y de papel. Reclamaban lo de siempre, el esfuerzo de todos”[2]. Es notoria la similitud con el pedido de “un esfuerzo de comprensión” que hizo el ministro de Trabajo del gobierno de Macri, Jorge Triaca, a los trabajadores ante el reclamo de paritarias más justas.

Curiosa semejanza se puede observar entre las ideas de los funcionarios de Cambiemos y las de LA NOBLE respecto del adoctrinamiento y la estigmatización hacia los empleados que no se aliñen. El ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, expresó que “los ñoquis son parte de la ‘pesada herencia’” y que pretenden un Estado “sin la grasa de los militantes”. Es inevitable traer a colación aquel comienzo del año 1976, cuando “el ya maduro gerente Magnetto cultivaba la idea de limpiar el diario de elementos rojos”[3].

Asimismo, el manejo de los tiempos es un factor común a la hora de decidir el momento justo para mover las piezas –como en un tablero de ajedrez– y tomar las medidas que consideraron necesarias. “El 3 de febrero (de 1976), mientras la mayoría de los trece miembros de la Comisión Interna se encontraba de veraneo colectivo en una quinta del Gran Buenos Aires, LA VIUDA y Magnetto aprovecharon para ordenar que se despacharan 59 telegramas de despido, se rodeara la manzana del diario con custodios y policías y se bajaran las persianas de todas las ventanas”[4].

La metodología para comunicar los masivos despidos es también una aproximación entre la historia del diario y la que, desde el 10 de diciembre de 2015, empezó a escribir Mauricio Macri. El sábado 4 de noviembre de 2000 LA DIRE expulsó a 117 empleados. Con el edificio de la calle Piedras vallado y custodiado por completo, a los despedidos “les iban anunciando con un policía quiénes podían ingresar y quiénes no, según la lista confeccionada por (Jorge) Figueiras (gerente de Personal) que, meticuloso, había agregado para su reconocimiento las fotos de los legajos de los periodistas considerados de mayor peligro.”[5]

Estos son algunos episodios relevantes de una gran lista de sucesos. El Grupo Clarín tiene una historia particular con las condiciones laborales de sus periodistas y, observándolo desde esta perspectiva, se puede comprender uno de los motivos por los que optó abordar con poco énfasis la temática de los despidos, tanto públicos como privados. O mejor dicho, eligió el no abordaje periodístico.




[1] P. 20
[2] P. 109
[3] P. 128
[4] P. 129
[5] P. 263.

miércoles, 8 de junio de 2016

LA DICTADURA FUE BLANDA EN EL MERCADO

La última dictadura militar en la Argentina dio inicio un asombroso aumento de la deuda externa que, a lo largo de la historia, atravesó por diversas políticas, necesidades y variables económicas con sus diversas etapas en los diferentes gobiernos sucesores. Sin embargo, la política económica del “Proceso de Reorganización Nacional” sembró una semilla muy difícil de desarraigar de los argentinos: el desprestigio hacia la industria local. Esta característica se contrapone con los gobiernos de facto de la región que se identificaron por ser nacionalistas. 
El ministro de economía de la dictadura, José Alfredo Martínez de Hoz,
 junto con el presidente de facto, Jorge Rafael Videla
El objetivo del ministro de Economía, Martínez de Hoz, era detener la inflación, algo que retumba con frecuencia en la actualidad de los argentinos. Su metodología se basaba en permitir la libre entrada de bienes y servicios y de capitales y fijar el valor del dólar a un precio barato. Al mismo tiempo, pensaba que si los productos importados eran baratos, la inflación se congelaría. Como esto no pasó, la tasa de interés se mantenía alta. La especulación financiera era un hecho y el Banco Central de la República Argentina lo pagaba con sus reservas.

En diciembre de 1975 cada argentino debía U$S 157 y para el mismo mes del año 1983 – fin del proceso dictatorial y apertura de la democracia – se incrementó a U$S 1.088 per cápita. El fenómeno fue consecuencia de cuatro causas: la bicicleta financiera, la deuda privada, las importaciones de armas y los intereses devengados. Al mismo tiempo, esto fue posible con una campaña ideológica, política y mediática que permitió un cambio económico-cultural como con la famosa propaganda de “la silla”, para ejemplificar, que residía en desprestigiar la industria nacional y tener a los productos “made in” como primera opción de consumo.
Propaganda de la Dictadura

La bicicleta financiera, más conocida como “la tablita”, consistía en que el Banco Central establecía el precio del dólar por 180 días y los intereses generados en ese período los pagaba con sus reservas que obtenía del endeudamiento de las empresas públicas. Dicha medida abrió el juego a las operaciones especulativas. Los propietarios pasaron a ser millonarios negocios con el vaciamiento y la liquidación de sus empresas y ese dinero iba destinado a cuentas en el extranjero. Además, posibilitó la apertura al mercado de productos mucho más económicos que no podían competir con los costos de los nacionales.

En consecuencia, los empresarios, para bajar los precios, se endeudaron en el exterior con la compra de maquinarias en algunos casos y otros para especular. A partir de 1981 la mayor parte de los U$S 15.647 millones de la deuda fue estatizada a través de la emisión de bonos normativos y de obligaciones en dólares. Asimismo, durante el proceso militar hubo tres conflictos bélicos que encomendaron la compra de armamentos: en 1979 contra Chile, en 1982 contra Inglaterra y en todo el período contra el mismo pueblo argentino. Toda la deuda contraída devengó intereses que fueron pagados con nuevo endeudamiento convirtiéndose en un perverso círculo vicioso.


De ahí en más, la Argentina nunca pudo retrotraer la situación de forma exponencial. En el 2003, en la Organización de las Naciones Unidas, el entonces presidente Néstor Kirchner, se expresó con iniciativa de querer saldar la acumulada deuda y pidió que lo dejen hacerlo porque: “Los muertos no pagan”. En definitiva, los países pobres no necesitan que los países desarrollados los ayuden, necesitan que dejen de perjudicarlos.

sábado, 4 de junio de 2016

VOLVER AL MUNDO

Las Islas Malvinas y su historia son un fiel reflejo de la subordinación de los países de “primer mundo” hacia los “periféricos” o “tercermundistas”. Siempre marcaron el rumbo de cada gobierno en política internacional, aunque muchas veces fueron utilizadas de forma funcional como un “lavado de imagen” ya que el reclamo por su soberanía tiene una repercusión positiva en la opinión pública. Económicamente significan un punto estratégico en el mundo y parece que, a pesar de esto, Mauricio Macri tiene decidido que las Islas pasen a un segundo plano. “Volver al mundo” tiene su precio y Malvinas no es la excepción.
Susana Malcorra y Mauricio Macri
La ministro de Relaciones Exteriores, Susana Malcorra, explicó que las relaciones bilaterales con Gran Bretaña “son buenas en un 80% y malas en un 20%”; allí se encuentra el reclamo por las islas del Atlántico Sur. “Tenemos que explorar el diálogo y la colaboración más allá de las Malvinas”, sostuvo la canciller al ser consultada por el diario británico The Financial Time y, además, remató: “Las órdenes del presidente Macri son concentrarse en el 80% para desarrollar la confianza”. Lo curioso es el notorio cambio de discurso con tan pocos meses en el cargo. En diciembre expresó que la controversia “no se esquiva porque es un tema histórico y central; hay un profundo sentimiento de los argentinos”.

En 1982, América Latina – menos Chile – apoyó a la Argentina en la guerra y Estados Unidos al Reino Unido. En los reclamos en la Organización de las Naciones Unidas los países latinoamericanos y del Caribe reivindicaron la posición frente al conflicto tomándolo como propio y demostrando unidad. Esto no alcanzó para lograr que Gran Bretaña establezca una meza de diálogo, lo que lleva a analizar si en ese contexto de bloque no se pudo, en la actualidad, con el avance de los gobiernos de derecha en la región, no hay porque pensar y ser positivos respecto del tema.

Asimismo, el ex secretario de Asuntos Relativos a las Islas, Daniel Filmus, evidenció que el cambio también se explica desde los objetivos personales de la actual canciller porque “la Argentina bajó la demanda de Malvinas para que Inglaterra no vete la candidatura de Malcorra”. La funcionaria se postuló como Secretaria general de la ONU y para que la acepten debe tener la aprobación de las cinco potencias que integran el Consejo de Naciones Unidas y uno de ellos es Inglaterra. Como respuesta al argumento de Cambiemos de la necesidad de comerciar y mantener relaciones bilaterales con Londres, Filmus sostuvo que “los últimos diez años fueron récord de comercio con el Reino Unido”.
Daniel Filmus, ex secretario de Asuntos Relativos
 a las Islas Malvinas y actual diputado del Parlasur

Claro está que  el cambio radical en política exterior nace desde muchos intereses, que no favorecen a la Nación. Las Malvinas representan mucho para los británicos, ya sea por ser un punto estratégico en el mundo, por tener acceso al Pacífico, por brindarles territorio en la Antártida, por ser un lugar de reserva de agua, y, entre otras cosas, por ser económicamente un lugar más para comerciar y explotar el territorio, como por ejemplo el anuncio, la semana pasada, de una petrolera que informó el hallazgo de un “yacimiento de clase mundial” en las Islas. En cambio, para los argentinos representa eso y mucho más: una historia de país, un símbolo de lucha anti-colonialista.

Dejo un enlace en el que explica el reclamo soberano como latinoamericano: