martes, 28 de junio de 2016

ENTRE BROMA Y BROMA

El humor dice mucho más de lo que se considera, a simple vista, como un inocente chiste. El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, en El chiste y su relación con el inconsciente, explica que “un pensamiento puede ser expresado por medio de diferentes formas verbales -o palabras- que todas ellas lo reproducen con igual fidelidad”. Clarín, además de contar con las historietas de Sendra, que juega con el tema del día que el diario eligió, tiene la una columna especial de “humor político” que sale sólo los domingos y su autor es Alejandro Borensztein. La sección se ubica en la segunda página, en un contexto del diario en el que se muestra “descontracturado” y, de esta forma, establece un código que comparte con el público. Sin embargo, hace una bajada ideológica con la complicidad de los lectores.


Borensztein no es ningún improvisado. Es hijo del comediante Tato Bores (Mauricio Borensztein), hermano de Sebastián, guionista y director de cine, y está casado con la periodista Viviana Canosa. Arquitecto egresado de la Universidad de Buenos Aires, productor de televisión y autor de libros políticos como por ejemplo: "Comedia Kirchnerista en Nueva York" (2010), "Compañera Jefa para todos" (2012), "El año del Compañero Papa" (2013), "Cristina y los marcianos" (2014) y "La Hora del Compañero Macri" (2016). Además, desde el 2009, es el presidente de la Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (CAPIT) y, a partir del 2011, también es el vicepresidente primero del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires.

“¿Qué debe hacer un gobierno flamante y bonito como el que llega para no terminar pedorro y destartalado como el que se acaba de ir?”, se pregunta Borensztein –el sábado 4 de abril de 2016 en “Gobierno entrando a boxes”– y predica una máxima que no se sabe dónde está escrita pero para él “todo gobierno nacional de buena marca tiene garantía por dos años o hasta alcanzar el 35% de inflación anual, lo que ocurra primero”. No conforme con su manto protector hacia el gobierno de Mauricio Macri, agregó: “Eso significa que mientras esté bajo la garantía, todos los males podrán ser atribuidos a los genios que estaban antes”. Si no fuera porque lo que escribe es políticamente incorrecto para un funcionario público, su justificación se la podría confundir con la de cualquier miembro de Cambiemos con su discurso oficial de “la pesada herencia”.

Su columna del domingo 8 de mayo de 2016 la tituló “Cambiemos el peronismo” y juzgó al  Papa Francisco y al candidato a presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de ser peronistas: “Uno es de la rama ‘alta sensibilidad social’ y el otro, pertenece al populismo de rama ‘burros con guita’, un sector que tiene una unidad básica en Santa Cruz que anduvo muy bien y creó el kirchnerismo”. En los párrafos siguientes, analiza “cómicamente” la restructuración del PJ y postula a los dirigentes que, según sus palabras, pueden entrar “en la bolsita negra” de los “tóxicos” y en “la verde” de los “reciclables”. Considera a José Luis Gioja, Daniel Scioli, Sergio Massa, Felipe Solá, Juan Manuel Urtubey y Adolfo Rodriguez Saá dentro de los “rescatables” y a los “kirchneristas puros”, como Axel Kicillof o Cristina Fernández que la caricaturiza como “Ex Ella”, en la bolsa de la basura negra. En definitiva, sus apartados humorísticos son un editorial encubierto.


Según el periodista Héctor Borrat en El periódico, actor del sistema político “las actuaciones púbicas del diario son el resultado o producto de una serie de actuaciones no públicas, que se concentran en el proceso de producción de la actualidad periodística para su publicación periódica”. Es decir, la sección no es casual y está completamente diseñada y pensada desde el lugar que ocupa, quien la escribe, que días sale, y que temas elige. Como un buen arquitecto, Borensztein construye minuciosamente y con firmeza, no un edificio o una casa, un discurso. Lógicamente, entre broma y broma, la verdad asoma.

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