jueves, 13 de octubre de 2016

UN CICLO DE FANTASÍA

Nadie puede objetar el currículum de Edgardo Bauza, ni mucho menos su vitrina con grandes logros, que fueron argumentos para que sea el elegido, dentro de un desfile de nombres, para ser el sucesor de Gerardo Martino. Tampoco se le puede caer con demasiada dureza al ex DT de San Lorenzo con el poco tiempo que lleva al mando del equipo para poder convencer a los jugadores de su idea. Pero la incógnita tiene que ver con eso: con la identidad de la selección de Bauza. Por ahora, dijo ausente en sus cuatro presentaciones.


Desde muchos sectores que rodean y hacen al fútbol se planteó y el debate pasa, casi exclusivamente, en si muchos de los jugadores que representan a la selección ya cumplieron su ciclo. Parece ingenuo pensar que todos los males pasan por ahí, al borde de pecar de pereza intelectual futbolera, algo genuino del argentino que busca un culpable para todo. Desde los mismos protagonistas hasta los periodistas y los hinchas forman parte del conventillo y hablan poco del juego en sí mismo. Si sinceramente se quiere revertir la situación resulta de suma urgencia redefinir la raíz del problema: ¿Existe un ciclo?

Pekerman (Mundial Alemania 2006), Basile (Copa América Venezuela 2007), Maradona (Mundial Sudáfrica 2010), Batista (Copa América Argentina 2011), Sabella (Mundial Brasil 2014), Martino (Copa América Chile 2015 y Copa Centenario Estados Unidos 2016) y ahora Bauza. Siete entrenadores para siete torneos en diez años y en los medios de comunicación debaten de los ciclos de los jugadores: ¿Qué ciclo? Argentina prueba y prueba con diferentes estilos de seleccionadores, con bajo o alto perfil, más conservador o más arriesgado. El único hilo conductor que se advierte es que cada uno, con sus diferentes matices, opta por los mismos jugadores y eso debe tener una razón.
 
Puede haber alguno que falte y otro que sea parte y no se entienda el porqué pero los que están son los que hay y ellos son los que pueden dar vuelta la página y renovarse. Ahora bien, ¿Edgardo Bauza está convencido de lo que quiere? Si es así, evidentemente no se notó y esa confusión por inercia se traslada a los jugadores. ¿Cómo quiere jugar el Patón y con qué intérpretes?

Paradójicamente, lo que padeció Lio Messi, hasta la llegada de Sabella, actualmente lo padecen Di María, Agüero, Higuaín, Rojo, Zabaleta, Dybala, Banega, entre otros. Rinden en sus clubes de manera formidable y en su país son individualidades que no pueden formar un equipo. El desafío del DT argentino es darles identidad de juego a los once titulares y que no varíe demasiado el sistema por los nombres que lo llevan a cabo. Es lógico que se resienta el equipo con la falta de la Pulga pero eso debe subsanarse con una idea de juego que sirva de base.

Entonces, no hay que renegar de las individualidades de los jugadores. Al contrario, son una parte vital del fútbol. La gambeta del Kun, la velocidad de contra de Ángel, el olfato goleador del Pipita, el despliegue de Masche, por nombrar algunas cualidades, no deben ser el único argumento para lograr resultados positivos. Y eso que no se tomó en cuenta todo lo que conlleva tener al mejor jugador del mundo. Debe ser muy tentador darle la pelota y que se arregle si por lo general resuelve sobre la marcha y tapa todos los baches. Pero eso es para un equipo amateur. O al menos no si se aspira a lograr grandes objetivos.

Sin embargo, no todo es negativo. Todavía queda una rueda, el técnico recién empieza, sabe de remarla y tiene antecedentes que avalan su presencia en el banco de suplentes. Además, las eliminatorias son muy parejas y así como hoy se encuentra en el repechaje con un par de victorias se puede llegar a la cima de la tabla. Por eso, es difícil pensar en que no se logre clasificar al Mundial de Rusia 2018 y el análisis del Patón no debe desviarse hacia lograr resultados sino a cómo hacerlo.

En efecto, cuando el árbitro pita el inicio del partido y los jugadores se empiezan a mover por la cancha son ellos quienes deciden. Como muchas veces se dijo, el fútbol es dinámica de lo impensado y siempre se necesita una cuotita de fortuna. De todas formas, a la suerte hay que acompañarla.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario